martes, noviembre 25, 2008

25 Nov: Día de la No Violencia contra la Mujer


EL GRITO DEL SILENCIO

El era mucho mayor que ella, ella una muchacha inocente que no sabía nada de la vida, se conocieron y se enamoraron, producto de ese maravilloso amor, nación su primera hija.

Se casaron y buscaron armar su propia familia, la casa no era un palacio pero al menos tenía un techo y paredes, se decía ella.
El se iba a trabajar todas las mañanas mientras ella se quedaba en casa limpiando, tratando de convertir aquél cubil en la casa soñada.
Al entrar la noche, el hombre hacía su aparición sólo para exigir su comida, aquella comida que debía de ser siempre un manjar para los dioses, puesto que ella no hacía nada más que cuidar la casa, por lo tanto su cocina debe de ser toda una perfección, pero no lo era, casándose tan joven, ni siquiera llegó a aprender en su hogar lo que toda mujer debe de saber por supervivencia.

La comida un desastre, empiezan las humillaciones, los reclamos, ella empieza a llorar, el se molesta y se va... pasan las horas y no se sabe nada de el, pero lo cierto es que se fue a la cantina a tomar para olvidar, licor tras licor, decide regresar a casa, al entrar al cuarto observa aquél frágil cuerpo, se abalanza sobre el, ella se despierta asustada, empieza el forcejeo, pero el vence, lo demás es historia sabida. Felizmente aquella noche pasó.
Los días pasaron con sus altas y bajas, aunque la rutina era más con tendencia a la baja, las humillaciones, los insultos, los desplantes, quedaron atrás para ceder a las huellas que dejan los golpes, no hiciste la comida como lo hacía mi mamá, eres una inútil!!! y la arrojaba contra el suelo, mi camisa no está planchada bien!!! y la abofeteaba, no limpiaste esta esquina!!! y los golpes seguían su curso.

Cundo la visitaban sus hermanas y veían alguna huella de dolor, preguntaban y el le decía que te diga como se lo hizo porque no comprendo como se pudo golpear, haciéndola quedar como una tonta que se chocaba o golpeaba con las cosas, ella temerosa bajaba la cabeza y trataba de esbozar una sonrisa.

Así los años pasaron, vinieron dos hijos más y la historia de nunca acabar, porque no sólo ella sufrió el maltrato encarnado por parte de su esposo, de su compañero fiel, aquél hombre que le juró amor eterno ante un altar, sino que sus hijos tuvieron que crecer bajo esta guerra en el hogar.

Ahora, ya mayor, más consiente, más madura, más valiente, decidió dejarlo, tuvieron que pasar muchas humillaciones, muchos insultos, muchos golpes para que la hicieran reaccionar y tomara el valor de decir No a sus maltratos, de decirle No al dolor en silencio, porque aprendió a quererse así misma, hoy su historia es diferente.

No permitas que esta sea tu historia, ningún otro ser humano debe de maltratarte, no permitas que la cadena de la violencia continúe, defiende tus derechos, porque tu eres muy importante, dile NO A LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER.


miércoles, noviembre 12, 2008

Miércoles 17 de Setiembre: Relato de un dolor

"Este día no será difícil de olvidar, no porque fuera un día memorable sino todo lo contrario, fue un día que odiaré el recuerdo que trae consigo.

Lo que viví esa noche no se lo deseo ni a mi peor enemigo (claro si es que lo tuviera). Creo que todo inició cuando a mi acompañante se le ocurrió trasladarnos en moto por las accidentadas calles de Villa el Salvador (aunque más parecen autopistas minadas por alguna guerra civil), ah me olvidé mencionar que era la PRIMERA VEZ que me subía a una moto y ahora que empiezo a reflexionar y recordar hechos pasados, me parece haber dicho alguna vez: ' Yo nunca me subiría a una moto, son tan inestables y van tan rápido ...' y ahora me pregunto por qué #@&%?# no recordé eso cuando me dijo: ' Te subes?' y yo toda boba con el casco en la mano, aún no podía creer que me estaba pasando eso ... hasta que dije que yo nunca me había subido a una y obvio tampoco sabía como hacerlo y sin ningún remordimiento de conciencia y sin presentimientos de por medio me monté y empezamos el que sería el último viaje de mi vida, en una moto, obvio.

El viento golpeaba mis ojos, las lágrimas empezaban a aflorar, entonces decidí bajar la visera del casco, esquivamos a perros y personas.
Ya estábamos por acabar cuando él decidió ir por la pista para llegar a uno de nuestros últimos lugares de entrega cuando pasó ...

Un forado en la pista puso fin al viaje, un cruce indebido y un auto nos hizo perder el equilibrio en aquel endeble artefacto. La luz del faro me hizo cerrar los ojos y el sonido de un golpe en seco me hizo sentir la fuerza del impacto.

Cuando reaccioné, estaba tirada en la húmeda tierra villana, el dolor empezó a recorrer todo mi cuerpo, el llanto empezó a aparecer, me retiraron rápido la moto que aplastaba la mitad de mi cuerpo. Inmóvil, el frío me hacía sentir más débil e ida, no sentía mi pierna derecha, quería gritar, sollozar pero no me salía ningún grito, mi mente divagaba lejos de allí, mis ojos fijos sólo veían las piernas de las personas que se aglomeraron a observar lo sucedido y a llamar a la policía, a los bomberos y a recriminarle a mi acompañante por lo ocurrido.
Una mujer se me acercó a tocarme la cara y la mano para ver si aún estaba con ellos, me acariciaba la mano y me decía que ya la ambulancia estaba por llegar.

Lamentablemente o por fortuna, ya no lo sé, nunca perdí la conciencia, estaba casi consiente de todo lo que pasaba en mi entorno aunque parecía un cadáver, pero estaba consiente.

La espera se hizo eterna, ni un ni otro llegaba, hasta que a lo lejos se escucharon sirenas, las personas me dijeron los bomberos; bajaron y me observaron, me empezaron a tocar todo el cuerpo para ver si es que me había lastimado más partes, hasta que llegaron a mi pierna derecha y les dije que me dolía mucho, entonces me cortaron el pantalón para ver si tenía hemorragia interna producto de una fractura, me quitaron el casco y me pusieron un collarín, me trasladaron a una camilla y me subieron a su ambulancia.

Lo que sucedió después aquella noche aún lo recuerdo, es un recuerdo que nunca olvidaré ya que se quedó marcado en mí para siempre.
Sin poderme atender me paseé por un seguro de salud para terminar mi agonía en el hospital María Auxiliadora, el frío, el dolor, la desesperación invadieron mi ser aquella noche, sola sin el cariño y el ánimo de mi familia, entré en la camilla del hospital, las placas confirmaban lo que escapaba a la vista, fractura en el pie y una fisura junto a un probable esguince en el tobillo y varios moretones en la pierna, cadera y brazo.

Esa noche fue la peor de todas, porque el dolor la gobernó, el peor error de todos fue el de no haber dicho no cuando vi la moto, quizás hubiera podido evitar todo esto, inclusive el odio que me tengo por lo que me hice"

Bueno esto fue lo que me pasó aquél día y el porque no he escrito nada en el blog, pues con el yeso no me podía movilizar a ningún lado. Esta historia es para que cuando salgan siempre tengan en cuenta que los accidentes pueden pasar pero que también se pueden evitar, creanme, se pueden evitar, por favor que no les pase lo mismo que me pasó a mí, que la historia no se repita ...




Tiempo después ...

Holas nuevamente ... si las cuentas no me fallan ... creo que llevo como dos meses sin escribir nada nuevo ... pero esta vez fue algo forzoso lo que me retiró de la sociedad durante todo este tiempo y en el siguiente post se los comentaré porque en esta oportunidad creo conveniente compartir con ustedes esta historia para que no se repita, no en mí, sino en cualquier otra persona.

Bueno me encuentro reactivando mi blog así tengo varias cosas pendientes ... wuau ... por donde empezar, pues debería ser fácil, por el principio, no lo crees?? y bien es cierto, debo de publicar algo referente al Blog Action Day, que por obvias razones no lo pude hacer a su debido momento, comentar noticias que en su debido momento lo fueron y que hoy son sólo hechos del pasado, entre otras cosas ...

Sin más que decir, empecemos nuevamente el camino ...

P.D. Gracias a los caminantes que me visitaron durante este tiempo, se les agradece sus comentarios.